Retratos de emperadores romanos en los salones de una reinaAposentos de verano de Ana de Austria

En sus orígenes, estas salas eran los aposentos de verano de Ana de Austria, la madre de Luis XIV. Luego, en 1800, se transformaron en la galería de Antigüedades por voluntad de Napoleón Bonaparte, pero los techos no se tocaron. En la actualidad, en este lujoso entorno podemos admirar las colecciones de antigüedades romanas.
Nuevos aposentos para la reina madre
¡Unos nuevos aposentos, aún más resplandecientes! Ese era el deseo de la reina Ana de Austria, madre de Luis XIV. A la muerte de su esposo, Luis XIII, en 1643, ocupó durante un tiempo la regencia. Por entonces vivía en los aposentos destinados a la reina desde tiempos de Catalina de Medici en el siglo 16.
Cuando Luis XIV tuvo edad de reinar, Ana de Austria debió dejar a su nuera, según la tradición, los aposentos de la reina. Entonces se instaló en la planta baja, donde mandó acondicionar, entre 1655 y 1658, unos aposentos “de verano”, más frescos al estar orientados al este, y sin chimenea.
Una decoración a la italiana
Las obras corrieron a cargo del arquitecto Louis Le Vau, que más tarde trabajó en la planta superior para crear la galería de Apolo y, posteriormente, en el palacio de Versalles. La decoración fue obra del pintor Giovanni Francesco Romanelli y el escultor Michel Anguier. Se inspira en los palacios italianos, como el palacio Farnese de Roma o el palacio Pitti de Florencia. Los techos, que todavía hoy podemos admirar, dan una idea de cómo pudo ser el esplendor de estos aposentos.
En cuanto a los temas, en todas las estancias se hace referencia a Ana de Austria y se subraya su importancia. Dioses y diosas de la Antigüedad se mezclan con alegorías de las estaciones, los elementos, los astros y las virtudes, así como con personajes bíblicos, para alabar a la reina madre.

La galería de Antigüedades
Tras la Revolución francesa de 1789, los antiguos aposentos reales fueron transformándose progresivamente en museo. El lugar cumplía con todos los requisitos para acoger las colecciones de esculturas de la Antigüedad procedentes de Italia. Por un lado, la decoración se prestaba a ello y, por otro, las salas se hallaban en la planta baja, lo cual suponía una gran ventaja para soportar el peso de esos mármoles.
El arquitecto Jean-Arnaud Raymond dirigió entre 1798 y 1800 las obras de la nueva galería de Antigüedades. Derribó paredes y puertas para abrir las estancias unas a otras y creó pórticos de columnas y grandes arcadas para dar aún más majestuosidad a la larga hilera.
Las antigüedades romanas
Tras la caída del Primer Imperio en 1815, numerosas estatuas se devolvieron a sus países de origen. Sin embargo, en estas salas de aparato siguieron exponiéndose obras maestras de la Antigüedad. Hoy están dedicadas a las colecciones romanas: en primer lugar estatuas de mármol o de bronce y relieves, después pinturas murales procedentes de Pompeya. Podemos admirar obras del final de la República romana, con el relieve conocido como de Domicio Enobarbo, o los emperadores filósofos del siglo 2, Adriano y Marco Aurelio.
¿Sabías que...?
Un poco de historia
Las colecciones de antigüedades griegas y romanas se instalaron progresivamente en el Louvre. Luis XIV mandó instalar primero una parte de su colección en la sala de las Cariátides en 1692. Posteriormente, en 1798, llegaron nuevas antigüedades confiscadas en las campañas de Italia. Entonces se creó la galería de Antigüedades en los antiguos aposentos de Ana de Austria. Más adelante, en 1807, Napoleón I adquirió la colección de su cuñado, el príncipe Camilo Borghese. Entonces mandó ampliar la galería utilizando las salas contiguas, que hoy albergan, entre otras obras maestras, la Venus de Milo. Louvre, les collections d’antiquités grecques et romaines se sont installées progressivement. Louis XIV fait d’abord disposer une partie de sa collection dans la salle des Cariatides en 1692. Par la suite, en 1798, de nouveaux antiques arrivent, saisis lors des campagnes d’Italie. La galerie des Antiques est alors créée dans les anciens appartements d’Anne d’Autriche. Plus tard, en 1807, Napoléon Ier achète la collection de son beau-frère, le prince Camille Borghèse. L’empereur fait alors agrandir la galerie des Antiques en utilisant les salles voisines qui abritent aujourd’hui, entre autres chefs-d’œuvre, la Vénus de Milo.

Obras destacadas
Arte romano en el Louvre
Fragmento de pintura mural: genio alado
1 sur 12
¿Sabías qué?
A cada emperador su peinado
Augusto, Calígula, Nerón… Para difundir su imagen por su vasto territorio, los emperadores romanos mandaban que les hicieran retratos. Por lo general, sus rasgos se idealizaban, a menudo con gesto grave y solemne para encarnar todas las virtudes de un dirigente. Así pues, para distinguirlos hay que fijarse... en el pelo. Cada emperador se representaba sistemáticamente con un peinado característico. A Augusto siempre lo vemos afeitado y con los mechones de la frente en forma de pinza, mientras que Marco Aurelio aparece con barba y cabellera rizada.

Rojo antiguo
Este rojo, llamado pompeyano, es característico de las pinturas romanas de la Antigüedad halladas en Pompeya. A partir de 1748, con las primeras excavaciones arqueológicas propiamente dichas, la ciudad engullida por las cenizas del Vesubio se convirtió en una etapa ineludible de los inicios del turismo cultural. Y las pinturas murales, en particular, pasaron a ser fuente de inspiración para los artistas. Precisamente este rojo inspiró el color de determinadas salas del Museo del Louvre: las salas rojas.

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