

¿Y si el amor fuera de mármol?
Obras maestras

Psique reanimada por el beso del Amor
Antonio Canova
Al entrar en la galería Miguel Ángel, probablemente hayas visto una escultura con alas que representa a Cupido. Su autor es Antonio Canova, un escultor italiano especializado en la representación de pasajes mitológicos. La delicadeza de sus mármoles sedujo a los poetas románticos de finales del siglo 19. Y es fácil entender por qué. Canova lograba infundir sentimiento a la piedra: en esta escultura, el impulso amoroso se apodera de nosotros desde que abrazamos con la mirada a este dúo inseparable. El artista no se limitó a copiar un modelo de la Antigüedad, sino que trabajó la puesta en escena de un modo casi coreográfico: eligió oportunamente el instante en el que la diosa vuelve a la vida. Y ese movimiento es lo que sigue seduciéndonos hoy, con independencia de la historia universal que cuenta.
Los mismos personajes representados de otra forma
En el Museo Louvre-Lens, situado en el norte de Francia, podemos admirar otra versión de Psique reanimada por el beso de Amor. En ella, los enamorados son más jóvenes, pues se hallan al principio de su trágico idilio. Canova decidió representarlos de pie, una postura que supone un gran desafío, ya que existe el riesgo de que la escultura parezca hierática y no tenga movimiento. Si se mira por detrás, la emoción que los dos enamorados abrazados transmiten es muy distinta y mucho más contemporánea.